noviembre 19, 2007


esa noche que, borrachos de amor y de vodka Paramonga de 15 lucas, me regalaste el llaverito amarillo de playmobil y prometimos que, si volvías y yo aún lo usaba podríamos volver a enredarnos como los dos perfectos necios que éramos en ese momento, esa noche yo no hablaba en serio, ¿sabes?, ya va siendo hora de que lo sepas.

desde ayer he dejado de usar tu llavero y ahora llevo uno casi exactamente igual que me regaló Eduardo aquella mañana, resaqueados de ron, en una combi que nos llevaría por todo El Ejército para luego tomar calles de las cuales no conozco el nombre, luego Santa Cruz y, exactamente entre Angamos y Arica, y tras un recorrido de sol veinte, nos bajamos para ir a desayunar a El Enano. desde ahora usaré ese llavero porque me recuerda a esa mañana y porque tiene los accesorios completos, al tuyo le faltaba la mochilita y los escarpines estaban ya muy gastados.
yo no quiero cosas así.


listo, me dejo de huevadas: perdí tu llavero. no hace falta hablar de cuán feo se siente porque seguramente tú debes de saberlo, porque tú lo sabes todo.
¿vas a pegarme?


ahora, esas palabras que digo para que las personas que me importan no se molesten conmigo: si vuelves no voy a buscarte porque me daría vergüenza ir sin tu llavero, y en realidad no te buscaría de todas formas, no sé porqué, aún cuando ha sido todo genial y ese regalo significó uno de los mejores de mi vida, y es chistoso que los dos hayan tenido el mismo llavero en casa, y del mismo color y adaptados para llavero y me los hayan dado en fechas tan cercanas.

alguna vez en mi fotolog puse lo siguiente:

vodka puro, cigarros baratos, 100 kph, La Costa Verde, el viento contra la cara misma y Ramones en el stereo.



la vida es bella.



ese día no fue el mismo día, no, no, ese día fue con Eduardo, vaya coincidencia, eh. ¿también es coincidencia que los dos se hayan ido y que, seguramente, ya no vayan a volver más?, ¿les debe estar yendo de las mil mierdas por sus respectivos lares, no?, ¿de veras volverán?, Eduardo, ¿mis cien lucas, para cuándo?, chiquía, ¿mis medias?

sabes qué es lo gracioso, oye, que la vez pasada que me puse a escribir cosas que nunca había hecho o tenido y que nunca haría o tendría, puse una que me costó mucho y decía más o menos así (música maestro): ‘nunca tuve una novia menor que yo’, y es verdad, alucina, tú nunca fuiste mi novia, qué estón, ¿no?, ¿qué éramos entonces?, ¿un par de arriolones que se juntaban para tomar?, eh, ¿hay una mejor definición que esa?, yo creo que no, ah, en serio, es extraño, porque tú no me gustabas y yo tampoco te gustaba, qué raros éramos oye, ahora me pregunto porqué digo todas estas cosas ajustando los dientes porque lo cierto es que de todas formas fue mostrazazazo, a que no.

apuesto a que si volvieras me ayudarías a solucionar esta cosa del radioblog, y comprarías cigarrillos como mierda, fumonaza. igual si vuelves no te busco, tu llavero me da pena.

1 comentario:

maría manzanilla dijo...

Hola, Joz.
Pues creo que no deberias decirle que perdiste su llavero, las personas usualmente se enojan cuando se enteran que uno ya esta haciendo vida propia y no sigue lamiendo el poco recuerdo que queda de ellas.
Se nota que todos tenemos esas relaciones raras, que nunca entendemos como empezaron y aun nos deja desconcertados porque se terminaron. Lo gracioso es que, por mas que uno quiera hacerse un banner inmenso que diga 'ya te olvide', no puede dejar de pensar en eso, y es un pensamiento inevitable cuando no hay nada que hacer, y mas aun cuando el periodico no tiene noticias lo suficientemente interesantes para leer.