julio 26, 2012

enfrentarse al futuro es bonito. soy fuerte.
puedo y sé.
ven pa'cá.

en estos días me he estado enfrentando al hecho particular de ser feliz. algo que ciertamente nunca anhelé.
he vivido tranquilo con mi búsqueda de la tranquilidad, aferrándome a ella, pero cuando un problema llegaba de pronto todo se venía abajo, como mis sueños cuando adolescente, como el cabello de mi mejor amigo, como el culo de una bailarina de reggaetón. hasta el fondo.

ya no.
ahora estoy listo.

recuerdo las palabras del buen Renato cuando dijo, más ebrio que la mierda, que el aprender de los errores ajenos estaba demasiado sobrevaluado. no había manera de entenderlo. ¿qué podía estar pasando por su cabeza?

ahora lo entiendo y debo decir que es una de esas frases bonitas que uno recuerda y sonríe, como esa del mundo y las vueltas que da.

a veces uno cree ciegamente en eso de ponerle buena cara a los problemas.
ahora estos vienen y lo hago, les pongo la mejor de mis sonrisas. la diferencia es que esta vez no estoy siendo hipócrita.

me asombra que nada me traiga abajo. escucho tus ataques de risa y sé que todo está bien. que nunca es demasiado bien.

¿es esto sentirse realmente orgulloso de quién eres? pensé que siempre lo había estado, quizá sólo es el siguiente nivel.

te he extrañado, blog, disculpa la ausencia. debe ser que ya no te necesito.
pero aquí estoy si quieres hablar.
los 13 años son una locura:
eres muy joven para votar y muy viejo para no estar enamorado.
vives en una casa que no es tuya, pero tus sueños ya están en otra parte.
te enfrentas al futuro con el dinero que ganaste podando el césped y un anillo púrpura de 9 dólares.

y tienes la esperanza de que eso sea suficiente.