noviembre 07, 2012

...me pegó la niña y la columna de autómatas detrás de ella, haciéndole hurras, y yo pensaba como a los 8 años uno puede perder de esa manera el alma. quería llorar y no lloré. miraba el suelo y no encontraba una piedra para romper la luna de la señora que se reía en la ventana. romperle las lunas como ella estaba rompiendo mi alma chiquita de 8 años. llegué a casa y entonces sí lloré. mamá me abrazaba y me decía que los niños son así, malos. ese invierno les dije a todos en la casa que me habían robado a mis amigos, que esa niña gorda era mala y que ojalá se muriera su mamá para que llore como he llorado yo. y mi papá me pegó cuando me escuchó eso. y más lloré.