diciembre 13, 2007

me agrada alejarme de la gente y fumar mientras veo que la vida pasa.

últimamente me cuestiono mucho sobre la poca juventud que creo tener, reconozco el tipo aburrido y renegón en el que me he convertido y no es tan malo ser así, la verdad.

se puede vivir esquivando a la gente, claro que se puede. sobretodo si se tiene en cuenta que suelo rodearme de gente que no me cae bien, es por eso que, a lo largo y ancho de vida, me he aferrado mucho a mis pocos amigos, incluso pienso que a ellos les he debido caer chinche de tanto aferrarme a ellos.

en fin, acá la idea es comentar sobre cuánto me aburre la gente a mi alrededor, no de cuan espeso puedo ser, nunca he sido una persona que se dé por vencida o que huya de las cosas que no le son del todo favorables, pero, al ya no aguantar el hecho de seguir y seguir acumulando gente vacía a mi alrededor, he decidido renunciar al trabajo. seguramente mamá me va a decir que no entiende cómo puedo hacer esas cosas, que no es esa la manera en la que se maneja una vida, pero sé que ella entiende, mamá se hace nomás, segurito que también entiende lo de la universidad.

Los Años Maravillosos siempre tiene un capítulo exacto, con alguna escena espléndida a la cual puedo aferrarme, como a mis amigos, y respirar serenamente. hoy Jack le comentaba a Arnold sobre un proyecto para el cual no le habían dado un préstamo para poner en marcha por que, básicamente, a su socio se le encogieron las bolognas; le decía de esa manera apasionada que tiene la gente de ceño fruncido cuando habla de las que, por preservar su malditismo, deberían parecerle mariconadas, que no fue su socio quién lo convenció de abandonar el empleo y comenzar con uno propio. aquella manera de decir las cosas, haciéndolas parecer más importantes para quién las oye que para uno mismo me resultó tan familiar que me hizo pensar que realmente no haría mal en ser mi propio jefe, que voy por buen camino, eso me alegra, una alegría por semana no está mal, sobretodo una de este tipo. quizá no debería depender de una serie para tomar con mayor seriedad los proyectos en los que me inmiscuyo.

pienso que la gente debe verme como un tipo bastante relajado, una persona borracha, y un poquito drogadicta, y seguro no estarían equivocados, aún así hay algo que no puedo soportar de ninguna manera, algo que me hierve la sangre tanto como para dejarme sin dormir durante días y hacer que regrese ese maldito dolor de amígdalas: no aguanto la ineptitud, eso me alegra de alejarme de este empleo, no más asistentes ineptos, no más explicar las cosas durante días, no más estancarse por culpa ajena.

listo, soy un renegón.

1 comentario:

maría manzanilla dijo...

no es que seas espeso, es que eres perfeccionista.
ojala que en un futuro no muy lejano pueda encontrar tus polos en la pulga.
(ya, no me pegues)
:)