marzo 02, 2008

cuando pienso en esa época en la que era realmente un niño, la primera imagen que logro recuperar es la del techo de mi sala, la figura del oso corriendo que formaban las manchas en la pintura. yo, mi asma, mi oso y mi sofá, todo el largo día. todos los días.

qué feo pues, ponerte a pensar en cosas así mientras te acabas tu pan con lomito y tu amigo te habla de lo divertido de ayer, quizá la culpa de todo la tenga Rufus. ese Rufus, cabrazo de miércoles, ahí, pero, por otro lado, pues ya debería de andar acostumbrándome a esos recuerdos, total, todo lo que hago es vivir de ellos, sacarles el jugo y luego apretar la cáscara cerca de mis ojos, soy un emo en potencia pues, qué duda cabe de eso.

anoche, mientras ‘across the universe’ taladraba mi parietal derecho, creo que pude sentirme realmente triste, la imagen de mi oso que corre no se va a ir, hoy cuando llegué a casa traté de buscarla, miraba el techo como quién exige cariño o agua y desagüe: mi osito ya no estaba, seguramente porque yo ya no soy un niño o porque ya mi asma me dejó, entonces por fin he podido sonreír, es extraño, yo lo sé. ahorita sonrío y no lo entiendo, recuerdo el Jorge Chávez, el sabor del pan con soledad, el Baquíjano y Carrillo, recuerdo una llamada que me dio mucho miedo y sonrío más, como si todo esto fuera parte de una broma, ¿dónde está la cámara?, ya, sáquenla de una vez, no sean chistosos.
por favor no sean chistosos.

lo que necesito ahora es conseguir un nuevo oso, uno sentadito para que no se vaya nunca.
hoy iré al cementerio.
qué felicidad hoydía.


moon over soho

creo que es un sueño más

1 comentario:

DREA dijo...

ojala fuese un chiste, aunque debo decir que no encuentro la gracia