17.

me he convertido en un buscapleitos. quién lo diría: como canevo, como beto, de los choches, como braulio.
quién diría pues. eso, podría decir, que es producto del estrés por la búsqueda del brillante, hueverazo, cercano y bien remunerado nuevo empleo, es causa del exceso de radicales OH por litro de sangre, padre ausente, madre sobreprotectora, hermanos jijunas, perritos que me mordían y jueguetes chinos dañiños para la salud, pero lo más probable es que se deba, únicamente, a la nostalgia de los nudillos enrrojecidos (los míos, se entiende) y la sangre ajena.
¡ay diosito, mira que eres malo! ¡tanto zonzo atorrante en la calle y yo acá pasando vergüenzas por no tener a quién hacerle pupa!, mal causa eres, barbón. así no se juega, y yo que hasta monaguillo he sido por las puras, así me tratas, peor que a hijo, vas a ver.

mentira! maricón eres, Joz, porque no dices que exageras por zonzo, ah? porque no dices que quieres mecha por las puras waves, ah?, ahí te haces el parroco, no, causa?, ahí sí miras al suelo, 'che te hache achí'. so vivo, pedazo de gil.

ahora, después de los pequeños instantes de sentimiento de culpa, debo reconocer que hay algo bonito en eso de decir 'lo sé, he sobreactuado, lo siento', 'estoy seguro de que no era para tanto', 'a la próxima méteme goma y dime que te haga caso, con pana, en la cara'. hay algo bonito en eso y probablemente sea la sonrisa y el abrazo, y yo sé que por dentro estás pensando que soy un pavo y que como me quieres tanto me perdonas mi huevada, yo lo veo en tu carita, en tu mirada de 'ya ven, acá, hijito', 'de, ay, toda la vida...', pero yo también sé que atrás de esa cara hay bastante de esperanza y de ternura, yo ya he visto esa mirada antes en cara familiar, cuando llegaba del colegio con la camisa rota y roja, con el ojo morado, con marcas rojas como largas culebras en el cuello, producto de la presión. ya la he visto pero no la quiero volver a ver en ti.

yo, no sé, supongo que es parte del por qué me gusta tanto tu nombre en mi estado de facebook y tu número en mis tríos, te quiero porque tú crees en mí y nadie nunca ha creído de esa forma. ahora, hay un por qué dentro de signos de interrogación y, seguramente, seguirá estándolo, hay cosas que me descabezo por explicar y, la mayoría de las veces, lo logro, pero porqué me tienes camote, porqué tanta confianza en mí, eso es inexplicable.

la siento, ñam, vamos a caminar y a ponerle chapas a la gente, ya?
vamos a comer churros donde la chica que despacha de mala gana, ya, ñam?
vamos a la casa.