habremos de estar muertos
para cuando salgan
de la ciénaga
las sierpes.
lanzaremos poesía.
abrazaremos quebrados
las paredes el convento.
y es que somos pedazos de heridas
tu vives creyendo en vaticinios,
en Mesías pavorosos,
sangrantes, tan perfectos
como la rajadura del revólver.
yo estoy muerto
y vivo feliz
con mi cadáver.
invierno del '05. amanecer.
agosto 27, 2009
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